No hay que ser muy detallista para notar que se trata de trabajadores, tipos que se ganan el mango con el sudor de su frente.
Sus reclamos son sencillos, ellos trabajaron y quieren cobrar.
Como es habitual desde la empresa les piden paciencia, la que no tienen en el almacén, la carnicería, ni las empresas de luz, agua y gas.
A sus espladas se pueden comenzar a imaginar las decenas de familias que habitarán bajo los techos fruto de su esfuerzo, sin embargo no les pagan.
Son cuarenta trabajadores de la empresa Acorde Limitada. Que exigen el pago de, a esta altura, tres quincena caídas.
Son cuarenta familias que piden ser escuchadas y que no reclaman ninguna dádiva, sino el pago correspondiente al trabajao que han realizado cuarenta trabajadores.
