Alte. Brown

Consternación
*Por Hugo Delgado

El fallecimiento de Claudia Molina sorprendió a propios y extraños.
Claudia era por sobre todo una persona jovial y afable, y dispuesta a ayudar a quien lo necesitará.
No podría precisar exactamente cuando fue que la conocí, pero si que era muy joven.
Eran los tiempos en que la ahora legendaria Homero Manzi organizaba los Festicala y ella militaba en la juventud, por aquella yo era un joven periodista.
Luego pasaron los años y en esa misma actividad de militancia conocería a quien sería su compañero de vida y padre de su única hija.
En la última conferencia de prensa previa a la asunción como intendente municipal de Brown de su esposo nos contó a un pequeño grupo de periodistas una anécdota curiosa, “pero no para que te agrandes” me dijo, y luego relató que el día en que conoció a Darío la segunda actividad política que realizaron fue visitar mi programa en Radio Suburbana.
Debo decir, y aquellos que me conocen saben que no es una frase de circunstancia, que me resulta difícil imaginar su ausencia. Es que Claudia era tan vital que realmente uno no podría haber imaginado este desenlace jamás.
La última vez que hablamos fue hace no muchos meses, lo hicimos por más de una hora, como lo hacíamos cada vez que nos encontrábamos y fue a propósito de lo que sonaba como su posible candidatura a presidir el Partido Justicialista.
Hace menos de diez días la volví a encontrar en el despacho de un concejal, como no podía ser de otra manera hablando de política.
Con la gracia que ella tenía me preguntó “¿y vos en que andas?“ Como si ignorara la salida del Pueblo, para rematarlo con un “¿se puede hacer uno que hable bien de nosotros?” y luego, claro, las risas.
Me resulta chocante pensar en ella sin su risa, sin ese gesto de criatura pícara que siempre obtenía una sonrisa en los demás.
Mientras escribo estas líneas que no tienen la pretensión de un obituario, sino de retratar a la persona que uno apreciaba por ser de bien, se cruzan decenas de imágenes, como cuando sacamos decenas de fotos en su despacho porque decía que salía mal en todas y uno no podía negarse a su pedido.
Queremos desde estas líneas hacer llegar nuestro pesar a su esposo Darío Giustozzi y a su pequeña hija, en la convicción de que nunca se llena la ausencia del ser amado, pero en la certeza de que quien es amado jamás termina de partir.

Comunicado Oficial:

Jueves 13 de Noviembre de 2008

Profundo dolor en Almirante Brown
FALLECIO CLAUDIA MOLINA ESPOSA DEL INTENDENTE GIUSTOZZI


Claudia Molina, esposa del intendente Darío Giustozzi dejo de existir cerca de la medianoche de ayer miércoles como consecuencia un derrame cerebral que sufriera el día anterior cuando participaba de un acto en Adrogué.
La abogada de 42 años, se desempeñaba como subsecretaria General del municipio y durante la tarde del martes, sufrió un desmayo cuando participaba de un encuentro en conmemoración de los derechos cívicos de la mujer que se realizaba en la Casa Municipal de la Cultura. La funcionaria recibió atención en la Clínica Espora hasta ser estabilizada, tras lo cual se la trasladó a un sanatorio de la zona Norte de la capital, donde fue operada esa misma noche.
Luego de toda una jornada aguardando con esperanza su recuperación se produjo cerca de las 23.00 hs. de ayer el fatal desenlace. Estaba acompañada por su esposo Darío Giustozzi y la hija de ambos de 14 años, junto a un íntimo círculo de familiares.
Claudia Elizabeth Molina, nació el 9 de abril de 1966 en Concordia, Entre Ríos, luego junto a su familia pasó a residir en Longchamps. Desde una temprana juventud comenzó a militar en el peronismo. Completó sus estudios universitarios y se recibió de abogada. A lo largo de su carrera cumplió funciones en el Poder Judicial y en el Consejo Deliberante, entre otras.

Sus restos son velados hoy a partir de las 9.30 hs. en el Hall de la Casa Municipal, Plaza Brown 250 de Adrogué.

 
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